by alexbx » Sun Oct 09, 2011 2:06 pm
ufff, acá va la noticia completa
Jorge Martínez F. no se rinde
Emoción absoluta en el parque de asistencias, donde el penquista alcanzó a cambiar el parabrisas que rompió tras quebrarlo en el PE9. Así, se mantiene en la batalla por el título de la N4.
Concepción, 9 de octubre de 2011.- El Gran Premio de Concepción sigue dando sorpresas mayúsculas. Al abandono de Cristóbal Vidaurre en la jornada sabatina debido a la rotura del motor, lo que ponía en enorme peligro el título de la N4, se sumó el accidente que protagonizó Jorge Riquelme F. en la PE9 de hoy.
El penquista, quien sacaba cuentas más que alegres puesto que, de ganar la fecha en la Octava Región, podría haberse encaramado a lo más alto de la tabla y llegar al Motorshow de Santiago con una ventaja considerable. Sin embargo, el destino dijo otra cosa.
Un error en la hoja de ruta llevó a Martínez a perder el control de su Mitsubishi Evo X, volcándose en el tramo San Nicolás-El Orégano. De abandonar, el penquista decía en ese minuto adiós a la opción de lograr un nuevo campeonato en la serie mayor. Y Vidaurre festejaba sin correr.
Es por eso que ultimaron esfuerzos, lograron poner el vehículo en ruta y siguieron en competencia sin parabrisas delantero ni luneta trasera. Hasta ahí, salvo los cerca de 11 minutos que perdió, no había problema, pero el reglamento diría otra cosa. Para seguir en carrera y poder optar a los puntos de la etapa, debía salir desde el Parque de Asistencias con un parabrisas nuevo instalado.
La travesía entonces pasó a manos del equipo penquista, que comenzó a buscar un parabrisas. Se habló con el equipo Orion, pero fue Cristián Navarrete, del equipo Mayordent-Sony PS3 Battery, quien le entregó el de su Mitsubishi Lancer, aunque eso le costará el abandono de la carrera.
“No dudé en entregarle mi parabrisas, yo no estoy en la pelea por el título, así es que opté por dar un paso al costado, además, todo queda en familia”, comentó entre risas Navarrete, quien se transformará en los próximos días en cuñado del propio Jorge Martínez F.
De esta forma comenzó una batalla contra el tiempo, pues el equipo de mecánicos tenía 30 minutos para cumplir con la tarea. No fue necesario, el trabajo se hizo en poco más de 20 minutos.
“Lo más complicado fue sacar las astillas de los vidrios, para poder instalar el nuevo parabrisas, y en el tiempo reglamentario”, comentó Jorge Martínez Torres, padre del piloto que sigue soñando con la corona de la N4.
Acerca de la situación, el “Niño Maravilla” precisó que “fue lamentable, teníamos mal marcada una curva, pero son errores que pasan y uno debe aprender de ellos”.
Tras estas declaraciones, y entre los aplausos de su equipo, regresó a la competencia el Mitsubishi Evo X, con el objetivo de sumar la mayor cantidad de unidades posibles que le permitan definir en el título el próximo 19 de noviembre frente al Palacio de La Moneda.