1/12/2007 LA ENTREVISTA CON MARC MARTÍ, COPILOTO
Va sentado junto a Dani Sordo. Están corriendo el RAC de Inglaterra, último rally del Mundial. Marc es el secretario, el socio, los ojos y la voz de uno de los mejores pilotos de rallys del mundo.
--Para que se haga cargo del tipo de entrevista: ¿quién decidió ponerle el nombre de asiento del miedo al del copiloto de rallys?
--Lo desconozco, pero le puedo asegurar, fijo, que fue un piloto.
--Pero, ¿cómo un piloto?
--Un piloto, sí. Ellos pasan mucho miedo cuando van sentados al otro lado del volante. ¿Sabe por qué?
--Supongo que porque no se fían del que conduce.
--Siempre están pensando cómo lo harían ellos. Piensan que los demás conducimos peor que ellos.
--¿Y usted ha pasado miedo?
--Nunca. No puedo. El día que pase miedo me retiro. Cualquier copiloto que pase miedo debe retirarse. Sería un sinvivir, podrías morir de un ataque al corazón. No tendría sentido.
--Pero sustos, se ha llevado un montón, supongo. ¿No?
--Depende del piloto. Yo, afortunadamente, he tenido suerte, pues tanto Carlos Sainz como Dani Sordo son dos extraordinarios pilotos. Lo más temible son los vuelcos. De uno o dos por temporada no te escapas.
--Dicen que ustedes son algo más que los ojos y la mente de sus pilotos, son casi sus secretarios.
--Somos los arquitectos que diseñamos su carretera. Les cantamos las curvas con las notas que ellos han descrito en los entrenamientos. Cada piloto tiene su sistema. El fin es el mismo: describir la carretera para que él la trace lo más rápido posible.
--Supongo que les obedecen a ciegas, sin dudarlo.
--A ciegas, sin dudarlo. Tenga en cuenta que son sus notas, no las mías, yo solo se las canto: ni antes, porque se le iría de la cabeza, ni muy tarde, porque habrá ya pasado la curva. Nos hacen tanto caso que, a veces, los accidentes son culpa nuestra. Loeb abandonó en Japón porque su copi se equivocó en una nota. En una curva que era de tercera velocidad, le cantó ¡quinta! Y, sí, Loeb entró en quinta, pero no salió.
--¿Cómo eran las notas de Sainz y cómo son las de Sordo?
--Muy similares, pero Carlos describía las curvas con palabras y Dani les da un número. Por ejemplo, una derecha buena para Carlos, sería una derecha 2 para Dani; una derecha rápida más para Carlos, sería una derecha 7 rápida para Dani. Hay pilotos que describen el grado de la curva. Por ejemplo, Loeb dice droit 140 (derecha de 140 grados). Peter Solberg utiliza más palabras: easy, medium left (fácil, media izquierda).
--Insisto: me han contado que también les hacen de secretarios.
--E, incluso, a veces hasta de psicólogos. Los pilotos son, de entrada, gente muy especial. Hay que ser de una pasta especial para conducir como ellos a esa velocidad. Pero tienen un defecto: son muy despistados, muy olvidadizos, porque centran toda su atención en el pilotaje. No les interesa nada más, y nosotros vamos organizándoles la vida: viajes, billetes, hoteles, comidas, horarios, entrevistas, actos, citas, test, etcétera.
--¿Acaban siendo amigos?
--Se puede correr sin ser amigos, sí. Tú me contratas, anoto las notas, te las leo como quieres y punto. Pero, claro, si esto lo hacemos durante 16 rallys, 12 horas diarias, 270 días al año metidos en un habitáculo de cuatro metros cuadrados, o acabamos siendo amigos o correré un rally contigo y punto. O te llevas bien o sales disparado por la ventana.
--¿Usted también considera que los pilotos de rallys son los mejores?
--Por supuesto. Yo no digo que Fernando Alonso no sea bueno. Lo es, buenísimo, pero los pilotos de rally son más completos. Disfrutan mucho más de su profesión porque cada tramo es distinto, cada curva diferente, incluso distinta de cuando pasó el día anterior, de cuando la anotó. Estoy convencido de que hay circuitos en los que Alonso se aburre: 70 vueltas al mismo trazado, haciendo en cada metro, en cada curva, siempre lo mismo. En los rallys, todo es improvisación, todo. Y otro dato: los pilotos de F-1 que se han pasado a los rallys han fracasado. ¿Sabe por qué? Porque no saben escuchar. Piense que Dani oye por un oído la curva que vendrá dos segundos después de la que está trazando en ese instante. Todo a alta velocidad, acelerando, derrapando, frenando.
--Por cierto, ¿cómo cree que se conduce en España?
--En España se conduce muy despacio. Hay países donde se conduce más ligero: no digo deprisa, digo ligero. Los coches de hoy en día están hechos para circular, con seguridad, a más de 80 kilómetros por hora que es, según tengo entendido, uno de los límites que entra en vigor precisamente hoy. Yo, si me voy a Zaragoza por autopista y me pongo a 120 km/h, seguramente no llegaré porque corro el peligro de dormirme por el camino. No es cuestión eco- lógica ni nada, ni que lo diga un loco que hace carreras. Insisto: los coches de hoy en día son muy seguros y están equipados con los mayores avances en sistemas de seguridad. Eso sí, hay que saber cómo funcionan y para qué sirven.
